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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Espejismo en el espejo



El bar estaba casi vacío esa tarde cargada de relámpagos y truenos.La pesada y eléctrica atmósfera se sentía en el aire que respiraba, casi podía tocarse con los dedos, pensó Isidro mientras tomaba una cerveza sin alcohol. Torció los labios en lo que parecía una sonrisa forzada al recordar que antes de la diabetes y el colesterol, bebía copiosamente todo el alcohol que le pusieran por delante. Luego se enteraría por su médico personal, que su corazón latía demasiado desacompasado y había que corregir el ritmo de merengue de ese músculo incansable que bombea la vida a través de sus venas y arterias. Pero lo que más le preocupaba eran las consecuencias que esas dolencias tenían sobre otro músculo que le venía fallando desde hacía tiempo. Ya ni con Viagra o Cialis, ni las pastillas con efectos milagrosos que los chinos habían inventado alguna vez hacía miles de años, ayudaban a mantener erguido a su miembro más querido y cuidado. Miró con nostalgia el afiche colgado en la pared del bar que mostraba una mujer de pronunciadas curvas que sonreía bajo el sol en una playa del Caribe.

Ya no podía disfrutar del aullido del amor, como le llamaba a ese gemir constante que iba in crescendo a medida que la excitación aumentaba, y terminaba en un alarido de placer en las mujeres que había conocido. Pero en este último tiempo sentía que estaba cada vez más lejos de vivir esa experiencia. No bastaba con seducir a mujeres cada vez más jóvenes para lograr que su éxtasis renaciera como un ave Fénix entre las cenizas de sus fracasos. Su última esposa lo había abandonado hacía unos años por un motorista de Hells Angels munido de una larga barba y melena flameando al viento, y que provocativamente conducía una Harley Davidson. Desde entonces lo había intentado nuevamente porque no soportaba vivir solo, pero su impotencia era como una muralla donde se estrellaban las mujeres que había conocido últimamente. Su obsesión por el sexo le impedía ver que la mayoría de esas mujeres querían establecer una relación, y no encamarse por un rato con alguien que además no funcionaba como se esperaban.
- Se sirve otra cerveza? le preguntó el hombre detrás del mostrador.
- No, todavía no. En realidad la tomo por rutina, pero sin alcohol es imbebible.
- Lo entiendo, dijo el hombre y se marchó al otro extremo del bar. 

Isidro volvió a sus reflexiones sobre los fracasos de su pasión que lo atormentaban, cuando entraron al bar tres amigas que entre risas y grititos se sentaron y pidieron tres copas de vino blanco. Aparentemente no le prestaron atención, y él siguió en sus cavilaciones, mirándose al espejo de bordes rodeados por una franja dorada llena de volutas y meandros, cubierto por botellas de bebidas espirituosas y de diversa procedencia, hasta que descubrió que una de las chicas lo miraba intensamente en un espacio abierto entre tantas botellas. No pudo evitar hacer un pequeño movimiento con su cabeza a modo de saludo, y ella le respondió con una tímida sonrisa. La mujer tendría unos treinta años, era muy atractiva y sensual, pensó Isidro, al mismo tiempo que su corazón desbocado le latía aún más rápido y sentía un cosquilleo en el estómago. Podía sentir cómo el corazón todavía descompasado resonaba en su pecho y sintió miedo de sufrir un infarto. Las preguntas sobrevolaban como buitres sobre su cabeza: debía seguir adelante con aquéllas escaramuzas de miradas elocuentes, pequeños gestos  de aprobación y pícaras miradas insinuantes? Parezco un adolescente, pensó. A sus setenta años Isidro era todavía un hombre atractivo porque su copioso cabello blanco, algo largo como lo usan los bohemios y poetas, enmarcaban un rostro de nariz algo romana y donde las arrugas todavía no habían hecho nido alrededor de sus ojos negros. Labios todavía firmes y un mentón con un hoyuelo en la mitad, le daban un aspecto muy varonil, pensaba. Todos los que conocía le decían que había bebido de la fuente de la juventud. Sabía que su aspecto era atractivo para cierto tipo de mujeres que gustaban de los hombres maduros como a él le gustaba definirse. Absolutamente no viejo como bromeaban sus amigos cuando lo rodeaban en el bar,  ironizando sobre el irreversible destino que les esperaba a todos.

Pidió otra cerveza mientras no dejaba de mirar de reojo a la chica reflejada en el espejo y que seguía lanzando miradas cada vez más provocativas, entre risas y comentarios que él no podía escuchar, pero que provocaban la hilaridad de las otras dos amigas. De pronto se le ocurrió que le estaban tomando el pelo, que aquéllo era una farsa montada entre las jocosas amigas para burlarse y divertirse a costa suya. Entonces no pudo impedir que una profunda desazón le invadiera los sentidos. Se miró otra vez al espejo y vió a un incipiente anciano condenado a no oír jamás el aullido del amor. El espejismo se esfumó entre los meandros del espejo. Miró la calle inundada por la lluvia y no le importó. Pagó las cervezas y se marchó del lugar, todavía con las risas de las tres mujeres aguijoneándole la encorvada espalda.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Elecciones no tan limpias como aparentan en los medios


Prendida a los coletazos del huracán Sandy llegó la victoria del presidente de EEUU Barrack Obama sobre el republicano Mitt Romney.  Continuidad en el gobierno de la todavía potencia nr 1 del mundo tranquilizó a muchos líderes políticos en otros continentes. Fueron elecciones muy concurridas y el partido Demócrata ganó por más de 2 millones de votos, y triunfó en aquéllos estados claves como Ohio y Virginia. Si bien no hubieron grandes críticas y cuestionameientos en el país sobre cómo se desarrolló  la jornada electoral, quedó en evidencia sin embargo la intolerancia de algunos estados que impidieron que observadores internacionales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) pudieran cumplir su misión de controlar el desarrollo de la votación.
 
 En ocho estados, Alabama, Florida, Iowa, Michigan, Missisipi, Ohio, Texas  y Pennsylvania,  los observadores no pudieron cumplir su misión porque las autoridades policiales impidieron que ingresaran a los locales de votación. Incluso en Texas la policía amenazó con arrestar a esos observadores si se atrevían a entrar en los locales. La misión de OSCE tenía como fin la de controlar las listas de electores y el control de los votos, entre otras cosas.

Así se encontraron con que más de 50 millones de electores de los 237 que hay en total en EEUU, no estaban registrados. Cuánta resposabilidad le cabe al propio ciudadano y a las autoridades es difícil de dilucidar, pero la cifra es sorprendente. También pudieron constatar que otros estaban registrados en varios estados con la posibilidad de votar más de una vez si se lo proponían. Otro ejemplo es el de las personas que en el pasado fueron condenadas, y por esa razón muchos no se les permitió votar, algo que está en contradicción con las reglas internacionales. Además se constataron ejemplos donde las rutinas de control de identidad eran tan rígidas, que muchos se quedaron sin votar, afirma OSCE.

Dan Everts, que lideraba el grupo de OSCE, quedó decepcionado por la actitud de esos ocho estados que impidieron que los observadores cumplieran con su misión. La actitud de esas  autoridades nos recuerda a los países totalitarios, con la diferencia que esos gobiernos ganan las elecciones con el 99,9 por ciento de los votos. El show electoral costó además miles de millones de dólares, posibilitando a muchos políticos ser elegidos para ocupar cargos no por su carisma, propuestas y capacidad de acción, sino por el capital invertido. Una tendencia que se agudiza, según los observadores. El país que muchos reconocen como el más democrático del mundo parece tener tantas manchas oscuras que ese prestigio no parece corresponderse con la realidad.

 

 

 

 

viernes, 2 de noviembre de 2012

Halloween y la noche de los vampiros

Ha escuchado, o visto alguna vez la celebración de Halloween en un parking en una localidad estadounidense? Pues existen, y cada vez con más frecuencia. La fiesta de Halloween se ha popularizado en muchos lugares de Europa y también en otros continentes. En EEUU ha sido una cita obligada para que las familias festejen con sus hijos una celebración que llegó con los inmigrantes irlandeses en el siglo XIX. Ha sido un gran negocio para las tiendas y fábricas que producen todo tipo de máscaras y trajes que representan a los personajes del horror y del terror. Los niños norteamericanos por unas horas encarnan a esos personajes con la inocencia que se corresponde con la edad y sus experiencias. Pero la celebración de Halloween  (All Hallows' Eve) o Víspera de todos los Santos, que se celebra todos los 31 de Octubre, tiene otro lado más oscuro y peligroso para los niños que golpean las puertas de las casas, esperando que los vecinos les ofrezcan dulces, caramelos, frutas, unas monedas u otros pequeños regalos.

La pesadilla de los padres de esos chicos fue creciendo a medida que se hacía cada vez más notorio que un nuevo Jack O´Lantern, aquél espíritu malvado que ofrecía Trick-or-treat, o sea Dulce o Truco, Travesura o Dulce, Treta o Trato, y que se simboliza con la calabaza iluminada, había adquirido ya cuerpo de humano, y se llevaba al niño más desprevenido para abusar sexualmente del ella o de él,  en la peor pesadilla jamás imaginada por cualquier chico que pensara en los sustos de esa noche. Tal es así que el presidente Bill Clinton, le dió el visto bueno a una ley en 1996 (1) que no sólo condenaba a los pedófilos a largos años de cárcel, sino que quedaban registrados de por vida como tales. Y la ley además fue más lejos para castigar no sólo a los que físicamente habían violado alguna de sus víctimas, sino que bastaba con poseer fotos o videos para recibir un duro castigo y quedar registrados como potenciales violadores de menores.

Pero no alcanza con esto, las autoridades además han creado a lo largo de los años un mapa del país y de cada centro urbano con las direcciones de cada una de estas personas para que las familias sepan dónde viven estos violadores o simples depravados que gozan mirando las fotos de chicas y chicos que participan de una u otra manera en actos sexuales. Los mapas son de acceso público y muestran con puntos de distintos colores, según la peligrosidad del personaje, en qué calle y número se aloja.

En algunos pueblos o suburbios de las grandes ciudades,  ha llegado a ser tan grande la paranoia de las familias, que los chicos, en vez de visitar las casas pidiendo los dulces, son acomodados en una playa de estacionamiento donde los autos son adornados con las figuras tradicionales, y cada grupo familiar se acomoda con sus hijos alrededor de la valija del coche, para ofrecer dulces a los chicos que los visitan, y permitirles a sus niños visitar otras familias que también han estacionado su coche en el lugar. Allí se encuentran seguros, dicen, y esa generación de menores tendrá seguramente un recuerdo de Hallowen muy distinto al de sus padres. Es más, mientras esas familias se reúnen en esos lugares, los pedófilos tienen que sentarse en la sala de un teatro de una escuela entre las 18.00 y 21.00 horas, que es el tiempo que los niños celebran la fiesta. Si permanecen en sus hogares, la policía los  visita y les obliga a apagar las luces y se le prohibe adornar el exterior de la casa para evitar que algún chico o chica desprevenido/a los visite. Otra limitación a la que deben atenerse es la de no acercarse a las escuelas, guarderías, iglesias y otros lugares públicos donde puedan haber niños, ya que la transgresión a dicha regla les puede acarrear años de cárcel. Sin dudas que para muchos de estos parias  no se corresponde la dureza del castigo con el delito cometido, si por ejemplo se trata de voyeurismo en la computadora y unas pocos fotos en el disco duro. No importa, basta con que se manifieste la tendencia. Halloween ya no es lo que era, es decir el horror imaginario. Ahora puede ser realidad con los 800 000 reales o potenciales pedófilos existentes en EEUU, según cifras de 2011. El verdadero horror puede estar a la vuelta de la esquina.

(1) La ley de Protección a la Comunidad promulgada en 1990 en el Estado de Washington, la primera de este tipo en los Estados Unidos, permite que se notifique al público cuando un delincuente sexual peligroso haya sido puesto en libertad. Fue la violación y asesinato en 1994 de Megan Kanka de 7 años lo que provocó que el público exigiera que se implementara un sistema de notificación a la comunidad en todo el país, y el 17 de mayo de 1996 el presidente Clinton firmó la Ley Megan.