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jueves, 27 de noviembre de 2014

Visitando una policlínica alicantina

El otro día me vi con la necesidad de visitar la policlínica del barrio y ya con el horario de visita me senté a esperar mi turno. A medida que pasaba en tiempo fueron llegando más pacientes con sus respectivas citas a la doctora que nos había tocado en suerte. Una hora y media después de la hora de la cita me tocó al fin acceder al consultorio de la doctora. Cuando estudió el formulario con las instrucciones que me habían dado en el hospital universitario para seguir una rutina con los medicamentos recetados,  la doctora descubre que hay un error de cálculo. No voy a entrar en detalles, pero se pretendía aumentar la cantidad de medicina que debía tomar en una semana pero en cambio la responsable de determinarla la había disminuido. En esa visita me dijeron que como venía de Suecia con una receta de un medicamento que no tenía la misma cantidad de miligramos como la que existe en España, debía comprar la española.

La doctora al descubrir el error llamó al hospital y le dieron una nueva dosis que en esencia era la misma que yo traía de Suecia. Es decir que toda las horas de espera primero en el hospital y segundo en la policlínica habían sido al santo pedo como se dice popularmente. Creo que la doctora se dio cuenta de la metida de pata del profesional del hospital universitario, pero leal a su colega no quiso comentar mi ácida reflexión de que la atención al paciente dejaba mucho que desear con profesionales que no saben calcular correctamente los miligramos de una medicina que tienen que recetar a un paciente. Por culpa de los recortes se improvisaba?

En la sala de espera habían otros pacientes disconformes que irritados por la demora comentaban:

- Se gastan millones en proyectos inútiles y no emplean más médicos.
- Es que los mejores médicos se van del país.
- La corrupción es tan grande que están dejando sin recursos a la salud!
- Ya es hora de echar a estos hijos ... del pecado, matizó otro paciente.
- Son unos gilipollas corruptos y la van a pagar!

Si, el ambiente estaba caldeado y era un pequeño barómetro de la indignación cada vez más extendida entre los españoles que de tener uno de los sistemas sanitarios más generosos y avanzados de la UE, en pocos años ha pasado a estar entre los peores gracias al gobierno del señor Rajoy y sus ministros. Y por cierto ayer mismo renunció la ministra de Sanidad Ana Mato, descalificada por considerar el juez Ruz (que investiga el caso "Gurtel"), que Mato es "partícipe a título lucrativo" de la presunta corrupción del ex alcalde de Pozuelo de Alarcón, Jesús Sepúlveda, su exmarido, es decir por haberse beneficiado de los viajes, regalos y coimas que su ex-marido recibió cuando era alcalde. La cadena se rompe siempre por el eslabón más débil y Rajoy no tuvo más remedio que "dimitirla" por corrupta e ineficiente. Ya es el tercer ministro que pierde este gobierno a pesar de tener  la mayoría absoluta en el parlamento.

martes, 18 de noviembre de 2014

Vientos de cambio entre hojas putrefactas.

Sin duda la sociedad española comienza a reaccionar ante tanta corrupción e impunidad de políticos, empresarios e infantas fuera de toda sospecha. Podemos, el nuevo partido que comienza a tomar forma bajo el liderazgo de Pablo Iglesias y otros jóvenes provenientes del movimiento popular, el académico y sectores de la clase media empobrecida, sacude el mapa político de España. El mismo ha surgido con fuerza a partir de las numerosas protestas callejeras contra el gobierno del Partido Popular (PP) los recortes, los desahucios, las reformas laborales que dejan en indefensión total al trabajador, rebaja de sueldos y una larga lista de otros cambios que condenan a los españoles a pagar a los bancos y otras instituciones financieras el debacle económico que ellas mismas provocaron. Y que enriquece cada vez más a esa élite proveniente de los sectores más rancios del franquismo y del oportunismo político.

Otro aspecto de este grito No Va Más! es la cantidad de jueces y fiscales que comienzan a ejercer su devaluada profesión y presentan listas de imputados en alcaldías, empresas y sindicatos. Cada semana somos testigos de operaciones policiales contra los que han profitado a costa del dinero público y aparecen escrachados en la prensa más interesada en colgarse del impulso que toma este nuevo movimiento porque sus editores ven vientos de cambio. Podemos  no quiere etiquetarse ideológicamente, sino que con la consigna de que lo que necesita el país es "sentido común", ganan apoyo tanto entre los partidos de izquierda como de l centro-derecha. Detrás de principios sencillos y fáciles de comprender para las mayorías se visualiza de todas formas una mentalidad de izquierda que el PP define como de "banderas escondidas", o la "ultraizquierda disfrazada". Las intenciones de limitar el poder de los grandes consorcios financieros, la transparencia en el uso del dinero público, la justicia social que predican es sin duda un lenguaje más de izquierdas que de derechas aunque públicamente no quieran reconocerlo. Sin embargo Pablo Iglesias ha dicho públicamente : "Mi ADN es de izquierda".

Las elecciones nacionales del año próximo mostrarán si los períodos de gobierno que se han repartido hasta ahora entre socialistas (PSOE) y los populares (PP) está en camino de romperse y se ven obligados a renovarse como organizaciones políticas o anquilosarse hasta desaparecer. Entre otros cambios que comienzan a visualizarse son entre otras la reforma de la constitución y la construcción de un estado federal como se viene planteando, y darle así a las Autonomías mayor independencia con respecto a Madrid, ese centro de poder y autoritarismo que las sucesivas monarquías fueron imponiendo a medida que se conquistaban nuevas regiones por los antiguos reyes católicos que con la espada y la cruz impusieron su voluntad, idioma y religión.  Los cambios empujados por las nuevas generaciones que buscan romper definitivamente con esa otra herencia, la de Franco, que todavía planea sobre la sociedad hacen renacer la esperanza que este país pueda ofrecerle un futuro mejor a sus ciudadanos.




miércoles, 12 de noviembre de 2014

Los muros de la inseguridad

El domingo pasado se celebraron los 25 años del aniversario de la caída del muro de Berlín. Una emotiva celebración, especialmente para los que perdieron a seres queridos en su intento de cruzar al Berlín occidental. Y para los que contra todo pronóstico pudieron superar la barrera construida durante la guerra fría. Kilómetros tras kilómetros de hormigón, alambre de púas y terreno minado no quebraron la voluntad de un pueblo en busca de una libertad que había desaparecido del mapa socialista y que solo provocaba frustración en la gran mayoría. No sólo por la escasez material, sino por la misma opresión, la delación entre los ciudadanos como eficaz sistema de control, y la persecución contra los disidentes que exigían que el régimen les permitiera pensar libremente y no ser tratados como contrarrevolucionarios o traidores por el hecho de no estar de acuerdo con el partido. Al final el muro se derrumbó así como el régimen de Honecker cuando la válvula de escape se abrió y miles y miles de personas asombradas todavía por el cambio pudieron cruzar "al otro lado". Muchos pagaron sin embargo un alto precio por los cambios, otros  encontraron lo que buscaban en la sociedad capitalista que los esperaba. Y no pocos estaban también arrepentidos y hablan todavía del "muro invisible" que  existe entre ambas Alemanias.

 El muro de Berlín no es el único muro a lo largo de la historia que ha separado a los pueblos o a una población en particular, si bien por razones bien distintas. Mientras el de Berlín pretendía retener a toda costa a los ciudadanos de la RDA, la muralla china defendía sus fronteras de las invasiones de los mongoles hace más de 2000 años. 7300 kilómetros atraviesan el territorio chino como una larga serpiente de piedra. El muro de Adriano construido por los romanos en el siglo III en lo que hoy es Inglaterra fue también un muro defensivo contra las tribus celtas y otras que luchaban contra el imperio romano. Hoy todavía existen once barreras "activas", algunas de ellas olvidadas o ignoradas. Israel construye uno que supera en altura y extensión al de Berlín contra los palestinos a pesar de las protestas de la comunidad internacional y de los propios perjudicados, claro. También entre las dos Coreas existe un largo muro, entre México y EEUU otro, donde el vecinos del norte intentan frenar la ola migratoria de los que buscan cumplir el sueño americano. Marruecos levanta la suya contra el pueblo saharaui. Y las de Ceuta-Melilla pertenecientes a España,  sustituyeron el hormigón por  altas barreras de alambre con cuchillas.

Y hay más barreras que quedan sin mencionar, pero las mencionadas bastan para dar un panorama de hasta dónde están dispuestos a llegar los gobiernos, sean del pelaje político que sean, demostrando en realidad con esas barreras el grado de intolerancia y las pocas ganas de ganar la paz negociando, buscando soluciones acordadas con el apoyo de la comunidad internacional o regulando una migración que se hace incontenible. La presencia de esas barreras parecen imbuir a la gente y sus gobernantes, policía y fuerzas armadas de una  falsa seguridad frente a la incontenible migración. Muros que en realidad son frágiles y muchas veces inefectivos como si estuvieran construidos con terrones de azúcar.  Porque la voluntad humana de sortear barreras siempre será más fuerte que la intención de impedirlo. Muchos quedan por el camino, es cierto, pero siempre hay quienes contra todo pronóstico llegan "al otro lado" en una frágil patera, por un túnel o desgarrándose la piel. El muro es uno solo, las formas de sortearlo numerosas.



sábado, 8 de noviembre de 2014

Cuando el derecho a elegir se convierte en delito

Este afiche de Amnesty International cuelga en los vagones del metro de Estocolmo. El texto informa que en El Salvador la mitad de los delitos sexuales se cometen contra niñas entre 12 y 18 años. En caso que alguna de ellas quede embarazada a causa de esa violación, y decida hacer un aborto ilegal, porque el legal no existe, la pueden condenar hasta 50 años de cárcel por el delito de asesinato. En el día de hoy existen 17 niñas condenadas por ese delito en El Salvador.
La dura ley refleja la doctrina de la iglesia católica insertada en la legislación en un país donde hasta ahora ningún gobierno se ha atrevido a modificar esas reglas en favor de las víctimas reales del abuso sexual o del riesgo para la vida de la embarazada o las comprobadas lesiones por los análisis médicos del feto.

El Salvador no es el único país por supuesto que no solo prohibe el aborto sino que castiga "ejemplarmente" a las mujeres que se atreven a elegir si quieren dar a luz o no. La lucha de las mujeres por sus derechos deja al desnudo la mentalidad de los legisladores y los jueces, todos pertenecientes al género masculino,  e indudablemente muy católicos, que imbuidos en la doctrina de una inquisición moderna al gusto del Vaticano, sigue explotando y oprimiendo al sexo femenino no sólo en este ámbito, sino en tantos otros. Qué piensa don Francisco realmente sobre el tema no parece ser prioridad en su programa, y si digamos quisiera romper con la doctrina probablemente lo condenen como hereje.
La campaña de Amnesty es justa porque pone en relieve un tema que no es ajeno a muchos países de América Latina y resto del planeta, donde el derecho al aborto sigue siendo tabú en muchas de estas sociedades y paradójicamente un privilegio para los que pueden pagar por hacerlo y van a misa todos los domingos.

Sabemos que para la embarazada no es una decisión fácil ni caprichosa, por más jóvenes que sean luchan contra un sentimiento de culpa que probablemente las persiga durante toda su vida, aún cuando el bebé haya sido concebido bajo una abominable situación como es la violación. Uruguay tuvo su debate y la ley del aborto tan vilipendiada por los sectores más conservadores, los mismos que pueden pagar por el servicio clandestino, ha tenido un impacto donde el efecto ha sido el contrario al pronosticado por estos  voceros de la moderna inquisición. Con el programa público de atención clínico, social y psicológico a esas embarazadas el número de abortos ha bajado en el país, y lo que es mejor, ya no no se hacen ilegalmente por clínicas privadas o por farsantes vestidos de galenos con los altos riesgos que implica para las embarazadas. Entiendo que las mujeres religiosas no quieran proceder así, pero las reglas de la iglesia deben quedar en casa, pero nunca coartar el derecho que tienen las mujeres a elegir.