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martes, 27 de diciembre de 2016

Laicismo vs confesionalismo

No sé cuantos uruguayos recuerdan que el Estado y la Iglesia Católica se separaron en 1917 durante el gobierno del presidente Feliciano Viera (1915-1919) , convirtiéndose así en uno de los primeros países latinoamericanos en declararse laico. Ya en la reforma educativa de finales del siglo XIX la religión había sido separada de la educación pública con la reforma de José Pedro Varela.
Como dato aleatorio Argentina y Brasil mantuvieron en sus constituciones la unión con la Iglesia Católica hasta muy avanzado el siglo XX. Incluso en Brasil el ex-presidente José Sarney decidió en 1986 que el billete de 500 Cruzados tuviera la frase: Alabado sea Dios. Curiosa forma de predicar a través del dinero cuando el propio Jesús lo consideraba una fuente de avaricia y corrupción.

Pero volvamos a Uruguay y lo que ha sacudido la opinión pública. En su discurso de Navidad el arzobispo por Montevideo y cardenal Daniel Sturla manifestó entre otras cosas que los fieles a la iglesia se estaban quedando en minoría en la sociedad, e hizo un llamamiento a los que todavía creen y tienen fe en la religión Católica, a esforzarse para convencer a nuevos adeptos en una sociedad que ha caído en la apatía, según su punto de vista. Movilizar a sus fieles es parte de la estrategia de cada organización religiosa. Por lo tanto este llamado a la "militancia" por la Cruz y la Biblia es comprensible. En siglos pasados los españoles que invadieron y conquistaron América se valían de la espada en su ofensiva misionera para convencer a los indígenas que su Dios era más poderoso, por ejemplo que el Sol, el dios de los Incas. Y sí que lo era, sin dudas.

Pero lo que es llamativo es que el cardenal Sturla envíe a sus fieles el mensaje de que el Estado ha decidido que sus ciudadanos carguen con "un balde laicista que desde hace 100 años le han puesto a Uruguay". Esto es un giro semántico ya que lo que se pretende es enfrentar los conceptos de "laicidad", que sería razonable y respetuoso, con el de "laicismo",  que sería extremista y
discriminatorio.
La metáfora "balde" parece bastante críptica, aunque pensamos que se refiere a la cruel decisión del Parlamento reunido en Asamblea General de darle el esquinazo a la iglesia católica en aquél 1917 cuando se reformó la Carta Magna que incluía muchas otras reformas además de la referida a la iglesia .
O sea que esta reforma fue una decisión democrática parlamentaria luego de un plebiscito adoptada por los partidos políticos de entonces: colorados, blancos y socialistas con la oposición de la Unión Cívica que luego se llamaría Democracia Cristiana.

La mencionada "trampa semántica" en el mensaje de Sturla es entonces la palabra "laicista" que expresada de esa manera nos trae oscuros recuerdos como: comun-ista, anarqu-ista, social-ista, etc. enemigos históricos de la Iglesia  ¿Voluntad de crear miedo entre los fieles? Bien, pensemos que no, pero es una "mala palabra" en resumidas cuentas, cuando en realidad la insospechada Real Academia de la Lengua española no hace diferencia entre laicidad y laicismo como muchos lo han señalado.
Es una pena que Sturla trate de considerar a la iglesia como una víctima del estado laico cuando su declive depende exclusivamente de la propia obra y de los grandes escándalos que la han sacudido durante décadas y que hoy todos deberíamos conocer.
La gente se vuelca a otras comunidades religiosas o deja de creer en Dios, lo cual no es una obligación como en siglos pasados cuando o abrazabas la cruz o eras un hereje arriesgando a terminar  tus días en la hoguera. Lo vemos en el fanatismo religioso islámico de ISIS y sus castigos a los herejes e infieles  que nos recuerdan el oscuro medioevo. La libertad de culto, la "cultura laicista" en Uruguay es la mejor garantía para que católicos, protestantes, judíos, musulmanes y otros tantos que abrazan otras religiones tengan la seguridad y garantía de poder ejercerla y no ser discriminados, algo bastante usual en sociedades confesionales. Lo demás son nubes de humo que confunden, en este caso al propio católico, que nunca fue perseguido por gobierno alguno en Uruguay.

sábado, 17 de diciembre de 2016

PUBLICACION CHISMES Y RUMORES: DE VISITA POR EL PALACIO TRUMP

Chismes y Rumores ha tenido otra vez la oportunidad de recibir un presunto material confidencial sobre las andanzas de Mr Trump. Esta vez su minuciosa búsqueda por encontrar ministros y altos funcionarios de gobierno  lo llevaron a la conclusión de que sólo eligiendo a sus semejantes podía tener éxito su misión. Es decir gente de fortuna, no perdedores con sensibilidad social, reformistas, hambrientos por quitarle aunque sea el 0,5% de la fortuna a los ricos. Pero solo son rumores...

Arrebujado en su poltrona y algo resfriado, Mr Trump se encuentra cubierto con una piel de visón, regalo de su futuro colega, el presidente ruso Vladimir Putin, en una fría mañana neoyorquina de diciembre. Impaciente espera a los que serán sus futuros funcionarios de gobierno. Ya ha decidido el camino a tomar. Para empezar eligió a Steve Bannon como asesor principal y jefe de estrategia. Un hombre de ideas muy firmes sobre como tratar a los que no se se ponen en fila. El jefe de Gabinete ha recaído en Reince Priebus. 

Esta mañana desfilan por el Palacio los funcionarios ya designados para confirmar su compromiso de servir a la patria “por un dólar al mes” como lo habría afirmado en tono jocoso el futuro presidente a los medios . Lo curioso es que el hombre que iba a quitar del medio a la élite para defender al "hombre de la calle", ahora a ido recolectando cuidadosamente del nutrido follaje del árbol empresarial a la crema de la crema de la élite de la sociedad, o sea tipos con fortunas escandalosas.

El primero en entrar al Palacio Trump es Steve Mnuchin, un lobo de Wall Street, ejecutivo que ejerció su profesión de multiplicar el dinero como los peces en Goldman Sachs, un gigante en el mundo financiero. Steve es un hombre de fortuna que manejó eficientemente los billones que entraban y salían de las arcas de su antiguo patrón, y esta vez lo hará con el cargo de secretario del Tesoro. En pocas palabras, un zorro cuidará al gallinero del Tesoro público.

- Hola Steve, estás listo para tu nueva misión?
- Claro Donald, estoy deseando poner mis conocimientos al servicio de esta institución con tan larga tradición. Pero claro, tengo que tener tu permiso para realizar ciertas maniobras un poco turbias.
- No te preocupes por eso, allí tendremos gente experta en las tapaderas, todo legal. Y ahora debes marcharte, espero al futuro secretario de Trabajo, que desgraciadamente viene oliendo a fritas y pollo frito.
- Como es eso?
- Es el rey de la comida rápida. Bueno, hasta pronto.

 Andy Puzder, magnate de la comida rápida, hace su entrada con una caja de cartón en la mano. Saluda efusivamente a Donald y le extiende el paquete. Donald no necesita abrirlo, por el aroma calcula que son unos burritos de una cadena mexicana comprada por Puzder.

- Gracias Andy. Eres el mejor ejemplo de un emprendedor. Con esto le estás mostrando el camino a millones de desocupados, es decir, empleo en los locales de comida rápida. Un poco de entrenamiento y ya se suman al mundo laboral... bueno, quiero decir a tus empresas, amigo. Y sabes? Me encantan los burritos. Quiero comerlos en todo los estados de nuestro país, allí donde vaya. 
- No te preocupes Donald, ya están en camino trescientos nuevo locales en todo el territorio, y otros cuatrocientos bajo estudio. Miles de nuevos empleos directos e indirectos. Tú y el resto de los compatriotas podrán disfrutar de este milagro que nos trajeron los violadores y delincuentes del otro lado de la frontera.
- Bien querido, es hora que te retires. Vuelve mañana, tenemos que analizar juntos el mercado laboral, la estrategia a seguir para acrecentar nuestra plusvalía. Al fin una palabra inventada por el viejo barbudo de Marx, que sirve tan bien a nuestra jerga.
Cierto, no hay como la plusvalía. La amo más que a mi esposa.

Inmediatamente entra al recinto la futura secretaria de Educación, Betsy DeVos, empresaria de una compañía  energética. Ella lo abraza y él siente la descarga emotiva de esta mujer cargada de  electrones, protones y neutrones. Inmediatamente se siente mejor.

- Querida Betsy, sabía que tenías propiedades mágicas. Quiero que te sirvas de ellas para orientar a nuestros chiquillos a ser personas decentes, obedientes, trabajadores y sumisos. Y eliminar las escuelas públicas como lo has declarado en tu campaña. Que los alumnos besen la cruz y la bandera todos los días, y que vayan al club de tiro a entrenar la puntería. Tenemos demasiados delincuentes y terroristas potenciales e indeseables. Tienen que aprender a defenderse de ellos como buenos patriotas. Será un buen comienzo. Adiós cariño.

A continuación se acerca un anciano, calvo, pero de mirada enérgica:

- Ah! Pero aquí llega el futuro secretario de Comercio, mi querido Wilbur Ross. Mi "rey de la bancarrota", con una fortuna de no menos 2500 millones dólares. Uno de los pocos banqueros decentes de este país. Verdad que nunca lavaste dinero de la cocaína? Claro que no, amigo. Tienes un misión tremenda por delante, pero sé que la cumplirás con sentido patriótico. Tienes el visto bueno para negociar con mano dura con los chinos que se creen que van a dominar el mundo y desplazarnos del primer puesto. Pues se equivocan, competiremos con ellos y les arrebataremos los mercados que han ocupado hasta ahora, atiborrándolos  con productos baratos y porquerías basura que hoy producen ellos y mañana nosotros. Y armas sofisticadas, Wilbur, a nuestros aliados lo mejor de lo mejor y al mejor precio de mercado. Con esto quiero decir barreras y coimas contra los competidores, estamos?
- Tus deseos son ordenes, querido Donald.
- Adiós amigo, y lleva siempre el Colt cargado en la canana, por las dudas que Mao quiera hacer de las suyas. Hasta la vista, baby.

Con paso lento se acerca una mujer corpulenta con una mirada dura concentrada en el copete pelirrojo del futuro presidente.

- Pero si es Linda McMahon, mi futura directora de la Administración de Pequeñas Empresas, que viene acercándose como la campeona de lucha libre que es. Linda, estoy pensando en reclutar de tu emporio de lucha libre a los guardaespaldas que me protegerán en el futuro. Los maricones que cuidan a Obama no me convencen. Quiero hombres bien machotes. Y en cuanto a las pequeñas empresas unos buenos zarandeos para que se pongan las pilas y dejen de pedir subsidios. Que trabajen como yo, 16 horas por día.
- Tus deseos se harán realidad, querido presidente. 

En las horas siguientes siguen visitando el Palacio Trump otros funcionarios nombrados por el presidente:
James Mattis, Defensa y antiguo general de los Marines. Le pusieron el sobrenombre de “Perro Rabioso” y vaya uno a saber porqué.
Los chicos amantes de la seguridad, el espionaje y el contraespionaje: El general (R) Michael Flynn será su asesor en temas de Seguridad Nacional, quien no se ha ahorrado sus agresivas opiniones contra el islam. Antes había dirigido la Agencia de Inteligencia de Defensa, otra de las tantas organizaciones de la nutrida comunidad de espionaje dentro y fuera de fronteras norteamericanas.
Como jefe de la CIA nombró al congresista por Kansas Mike Pompeo, un hombre perteneciente al movimiento ultraconservador “Tea Party". La factura de los votos se paga generalmente con altos cargos, y el “Tea Party" recibió la suya. Si ha visto la serie House of Cards verá muy de cerca cómo se pagan estas deudas.
Y frente al Departamento de Justicia nombró al senador Jeff Sessions, un hombre que se ha manifestado en forma muy dura contra la inmigración ilegal y con opiniones abiertamente racistas en algunas ocasiones. No le gustan los burritos como a su patrón.

- Bien por hoy basta de visitas de mis elegidos, cariño -le dice Trump a su mujer Melania - Quiero descansar bajo este visón de mi colega Vladimir. Tal vez, y digo tal vez, sin su presunta ayuda no estaría haciendo esto, sino dedicándome a mis negocios que ya he dejado en manos de mis ayudantes más cercanos. No vaya a ser cosa que las malas lenguas digan que me beneficio directamente de mi puesto de presidente... 

Y recuerden son solo chismes y rumores Hush! Hush! 


domingo, 4 de diciembre de 2016

Del uniforme verde oliva al chándal de Adidas


Pocas figuras en la historia de Cuba y América Latina han despertado tanto amor u odio como Fidel Castro. Los primeros porque por primera vez los oprimidos por el colonialismo y posteriormente explotados por la invasión de compañías norteamericanas en extensas regiones rurales, así  como en la ciudad, pudieron acceder a una vida digna en comparación con la que llevaban. "Vivían peor que los indígenas cuando llegó Colón", diría el propio Castro.
Los segundos, porque la figura de Castro y las políticas implementadas por la revolución terminaron con los privilegios que habían gozado hasta entonces, sufriendo en el campo militar y en el político sucesivas derrotas. Algunas décadas después surgirían intelectuales  disidentes empujados no tanto por los sentimientos de odio sino por una racionalidad que cuestionan el régimen de partido único y la falta de libertades.

 A los que tuvimos oportunidad de seguir el proceso cubano, con nuestra mirada de jóvenes rebeldes en aquella década del 60, no podíamos dejar de admirar la lucha de Castro en defensa de  la soberanía de la isla y la libertad de decidir independientemente de lo que EEUU pretendía que hicieran los países latinoamericanos. Por su lucha por una justicia social inaplazable ante la creciente avaricia de los terratenientes y del mencionado capital norteamericano.
EEUU trataba a los países al sur del Río Bravo como su “patio trasero”,  planificando y llevando a cabo intervenciones bien documentadas a largo de todo el siglo pasado, algunas abiertas y otras solapadas, como los casos de Guatemala y Chile, solo por nombrar dos.

Estaban además la reformas sociales y económicas que el nuevo gobierno estaba implantando, la reforma agraria, la expulsión de la mafia norteamericana y la expropiaciones de sus bienes, la nacionalización de importantes empresas de EE.UU, presentes principalmente en el monocultivo de la caña de azúcar y los complejos hoteleros que servían al turismo, respaldada en los últimos años por la dictadura de Batista, represora, asesina y corrupta.

Además estaba presente la leyenda de la guerrilla conducida por Fidel y el Che en la Sierra Maestra, que a partir de un reducido grupo de hombres armados pudieron derrotar al desmoralizado ejército de Batista y poner en fuga al dictador y a una buena parte de los más influyentes hombres del régimen, terratenientes y la élite militar.

Los constantes ataques y sabotajes de los grupos armados financiados por la CIA a objetivos en la isla, la frustrada invasión de Bahía de Cochinos, la propaganda permanente y agresiva contra el nuevo gobierno cubano y sus medidas, fueron acorralando a los nuevos líderes cubanos que debatían cual era la mejor estrategia a seguir. Los más moderados perdieron en la lucha por el poder, y algunos fueron a parar a la cárcel, como fue el caso del comandante Huber Matos que estuvo veinte años encarcelado por discrepar con el camino que estaba tomando el proceso revolucionario, es decir hacia una orientación marxista y un régimen comunista. Además los fusilamientos de los enemigos capturados, muchos de ellos acusados de haber sido torturadores, asesinos y colaboradores de Batista, servía de alimento a la máquina de propaganda de EEUU contra Cuba, acusándola de violar los DDHH.

 A medida que aumentaban las discrepancias internas todo el poder de decisión y liderazgo pasó a manos de Fidel Castro, que con sus largos discursos inflamaba la conciencia antiimperialista dentro y fuera de fronteras. Al final, buscando estructurar la sociedad cubana en dos soportes poderosos, se apoyó en las fuerzas armadas y en el partido comunista que poco a poco había desplazado a los líderes menos propensos a abrazar la bandera de la hoz y el martillo y su ideología.
Las masivas movilizaciones de obreros y estudiantes le daban además la legitimidad en la Plaza de la Revolución, y el respaldo político que necesitaba. El sentimiento antiimperialista había calando  hondo a pesar de las dificultades.
Luego vendrían la crisis de los misiles, la reculada de Nikita Jrushchov, el bloqueo de EE.UU a la isla
y la dependencia aún más profunda, económica y política de la URSS, en aquellos años de la guerra fría.
Pero también es innegable que ese compromiso con la URSS  siguió transformando el modo de llevar adelante el proyecto de una revolución que muchos veíamos como muy diferente al del campo socialista europeo o asiático, con justicia social y libertades que no se gozaban en otros lugares, con democracia participativa y la oportunidad tanta veces anunciada por el Che Guevara de crear el "Hombre Nuevo".

La influencia del partido Comunista que sirvió de resorte para afianzar las relaciones con la URSS en el proceso, fue fortaleciéndose aún más, rodeando a Fidel, que como todo político astuto y visionario, evaluó las ventajas de continuar la alianza con un socio poderoso que a su vez desafiaba a EEUU, porque sin ese respaldo la revolución probablemente se derrumbaría.

Todo aquel clima de agresión, además, fue impulsando al gobierno cubano a tomar medidas más severas de control y vigilancia de sus ciudadanos, tratando de imponer una disciplina militante basada en los comités de defensa de la revolución (CDR) emplazados en cada edificio o barrio, que le cerraban el paso desde su inicio a cualquier opinión divergente con las políticas del partido y del gobierno.
Pero la economía cubana no evolucionaba como se había planificado y deseado. Y un gobierno
socialista basa su proyecto en el bienestar material de sus ciudadanos, en un reparto equitativo de la
riqueza, y una superestructura política sensible a la opinión popular. Y el constante sacrifico de los trabajadores para con la patria, que poco se compensaba con las expectativas de la gente que  demandaba más variedad y abundancia en los supermercados,  y la posibilidad de poder adquirir más bienes de consumo duraderos.

También muchos proyectos impulsados por el propio Fidel para diversificar la economía cubana fracasaron porque si bien las ideas eran  buenas al llegar la hora de implementarla fallaba la gestión de la misma o por otras causas la iniciativa fracasaba. La construcción de una planta nuclear que quedó a medio construir es otro ejemplo de proyectos fracasados.
Las cosechas de caña de azúcar, cuyos objetivos de llegar a los 10 millones de toneladas pronto se demostró que era imposible sostenerla en el tiempo fue un duro golpe a pesar del sacrificio del pueblo en ir a cortar la caña a fuerza de golpe de machete en brigadas voluntarias o no-voluntarias, que trabajaban sin pausa para llegar a las metas fijadas.

Fidel asumía además, no solo temas de política interior o exterior, impulsaba reformas que generalmente los presidentes dejan en manos de técnicos y expertos. Por ejemplo decidía la puesta en marcha de políticas agrícolas-ganaderas, que debían implementarse según sus pautas, y no siempre resultaron ser una acertada apuesta para la economía del país. La llamada "vaca cubana" fue un proyecto ambicioso de poder desarrollar un animal cruzado entre la vaca criolla resistente al medio ambiente de la isla pero que daba poca leche, y la europea que aportaría mayor cantidad de litros de leche por unidad. Sin embargo la visión de Fidel de poder alimentar a la población de Cuba,  y además de exportar productos alimenticios a los países  que lo demandaran, pronto se derrumbó por la baja productividad del campo. Poco a poco la isla se vio obligada a importar alimentos envasados por millones de dólares.

Las tensiones fueron creciendo y al final la crisis se desató y un incidente en la embajada peruana
provocó una avalancha de cubanos hacia el puerto de Mariel, que entre abril y octubre de 1980 vio
partir a unos 120 000  cubanos en embarcaciones de todo tipo con rumbo a Miami.

 Fue una válvula de escape ante un creciente disconformismo que castigó al gobierno de Fidel dando una imagen como la que daría más tarde Berlín en 1989, cuando se derrumbó el muro.
 A pesar de un destino incierto y sin conocer las consecuencias, los que dejaban Cuba buscaban la "libertad y poder comer", como la mayoría lo expresaba en ese momento, y contaban sus historias que no eran nada favorables  al gobierno. Esta sería una emigración muy distinta a la que se produjo cuando Batista fue derrotado.
No obstante Fidel supo sacar petróleo de esa oportunidad embarcando a “indeseables”, “inadaptados” y “contrarrevolucionarios” que significaban una carga para el sistema. Una limpieza social que por supuesto nada le agradó al entonces presidente demócrata norteamericano Jimmy Cárter, pero la ola de cubanos era imposible de detener. Una vez más la oportunidad le dio la posibilidad a Castro de darle un golpe en la zona de la ingle a su enemigo.
 “Gusanos” y “Comemierdas" continuaban enzarzados en una lucha ideológica sin cuartel, cada uno desde su respectiva orilla, y con más insultos, diatribas y maldiciones que contenido

Y entonces llegó Gorbachov con su perestrojka y glásnost, y para Cuba el derrumbamiento del campo socialista significó otro terrible golpe a su economía sustentada como habíamos dicho por el apoyo soviético que desapareció impulsado por las reformas en la URSS, que por primera vez reconocía el agujero negro en su economía. Ante esa situación un nuevo Período Especial se implantaría, y los  más desesperados otra vez se lanzan en balsas improvisadas a la mar.

Como no podía ser de otra manera, para no perder el control de la situación, ya que el racionamiento
de alimentos y otros productos básicos ponía al borde de la desesperación a la mayoría de la población, se ve obligado Fidel a multiplicar la vigilancia y represión al creciente número de disidentes que pedían reformas y veían la oportunidad de debilitar al régimen, aunque sin mucho éxito a corto plazo.

Muchos fueron a parar a la cárcel, otros pudieron huir, pero la resistencia de estos hombres y mujeres  ha sido permanente, a pesar de las acusaciones del gobierno contra algunos de ellos de estar sustentados por el "oro yanqui”.

En esos años ocurre un episodio que conmueve a la sociedad cubana: el fusilamiento del "general del pueblo" Arnaldo Ochoa, amigo de Fidel, condecorado innumerables veces por su participación en varios conflictos militares, uno de ellos el de Angola contra los sudafricanos y mercenarios. Con él estaban en el paredón el coronel Antonio de la Guardia y otros dos oficiales, acusados por tráfico de drogas en complicidad con el cártel de Medellín, es decir con Pablo Escobar. Los que conocieron de cerca este episodio debaten si esta decisión pretendía hacer justicia contra los presuntos criminales o era una forma de ocultar  la necesidad de quitar del medio a Ochoa.

 Según la versión más crítica había que dar un golpe ejemplar a los que como el general  Arnaldo Ochoa, se atrevían  a desafiar la opinión de Castro que negaba la necesidad de reformas como en la URSS para salvar la revolución. La influencia de Ochoa en el ejército le habría hecho temer a Fidel,  que la opinión del general de reformar el régimen, prendiera en el ejército y él perdiera el apoyo en las FFAA y su propio  liderazgo se derrumbara. Son muchos los que opinan también que Ochoa no estuvo implicado en el negocio del narcotráfico, pero uniendo a Ochoa con los hermanos de la Guardia, se quiso dar la sensación de que todos estaban implicados en los negocios con Pablo Escobar. Y eso era alta traición con la pena máxima como veredicto, que curiosamente se aplicó a pesar de que, como en los viejos juicios estalinistas, terminaron con los acusados llorando y firmando cartas de arrepentimiento.

En el caso de los mellizos Antonio y Patricio De La Guardia y sus vínculos con el narcotráfico dejan importantes  interrogantes sobre si ese contrabando de cocaína a EEUU vía Cuba, era para beneficio propio, lo cual no parece haberse comprobado nunca, o una forma de hacer finanzas para el gobierno cubano. Cualquiera que investigue la carrera de ambos hermanos en sus misiones y fidelidad al régimen no pueden dejar de dudar si realmente Fidel y su hermano Raúl no habían dado luz verde a este negocio. Unos no lo creen, otros piensan que era una fuente de recursos caída del cielo para una debilitada economía, una oportunidad además facilitada por Ronald Reagan, que en esos años financiaba a los “Contras” en Nicaragua , también con el dinero de la cocaína de Pablo Escobar.

Después de esos años de penurias se abrió la puerta a un turismo más intensivo, irónicamente un regreso a la fuente de ingresos de los años 50, y el presidente venezolano  Hugo  Chávez le echó un cable a Cuba con la venta de petróleo barato para que la economía no siguiera cayendo. Las llamadas jineteras aparecieron también para alegría de los turistas.
En una medida sin parangón 500 000 empleados públicos tuvieron que abandonar sus trabajos e iniciar negocios por cuenta propia o marcharse del país si podían, una medida de corte neoliberal en cualquier sociedad capitalista. Y en cualquier país con sindicatos independientes hubiese ocurrido una
multitudinaria ola de protestas y manifestaciones en la calle. Sin embargo la disciplinada clase trabajadora cubana aceptó la reforma aparentemente sin chistar. Y así se multiplicaron los "paladares", restaurantes improvisados  en los patios de las casas, los oficios de mecánico, zapateros y muchos otros oficios por cuenta propia que habían dejado de existir, porque probablemente significaban una señal de alerta para la revolución, temerosa de que aumentara el número de pequeñoburgueses.

La realidad se ha ido imponiendo y la conciencia que el estado no puede resolver todos los problemas y satisfacer todas las necesidades de la población, por más buenas intenciones que tengan las
autoridades, esa meta se hace a veces imposible de cumplir.

Cuba después de Castro probablemente seguirá su propio camino, adaptándose a un mundo cada vez más globalizado. Raúl Castro anunció su retiro para 2018, y la pregunta del millón es a quién dejarán en el cargo. El Partido Comunista sigue siendo la fuerza política que en solitario decide quien ocupará el sillón presidencial, y no la gente en las urnas o la Asammblea Nacional si es que no se precipitan cambios sustanciales, algo improbable desde este horizonte.

Pero el deshielo entre EE.UU.y la isla es un indicio más que Cuba terminará abriéndose al mundo. Cómo será ese proceso nadie se atreve a pronosticarlo con certeza, porque con Donald Trump al mando el timón en la Casa Blanca, nadie se atreve a predecir el futuro.
Pero una vuelta atrás parece improbable, la economía de mercado irá horadando lentamente la economía planificada que le ha dejado magros resultados a la población. La necesidad de vivienda nueva es muy aguda, y lo que ha comenzado con los hoteles probablemente continúe con la vivienda particular, es decir que empresas privadas construyan los edificios de apartamentos para las familias...si es que pueden comprarlos. Nadie ignora que actualmente la superficie compartida en las viviendas por los cubanos es muy estrecha.

Recuerdo que la Universidad de la República de Uruguay le dio clases de economía de mercado otros temas a grupos de economistas cubanos que iban a formarse en las bases teóricas y prácticas  de conducir una  economía de este tipo a fines de 1990. Y los resultados poco a poco se están viendo, al permitirse que los emprendedores inicien sus propios negocios y exista una creciente oportunidad de hacer negocios, de permitir las inversiones extranjeras en distintas ramas de la industria y servicios, etc. Los salarios siguen siendo bajos porque el estado se queda con una buen parte de esos ingresos, por lo que el poder adquisitivo todavía no ha podido despegar.

 Fidel es sin dudas una figura histórica y ya reducido a cenizas descansando junto a Martí en Santiago de Cuba, será el símbolo de la resistencia de David contra Goliat. Los cientos de atentados perpetrados y fracasados de la CIA contra su persona, son una muestra de la dimensión de su liderazgo y símbolo de la rebeldía soberanista, de la importancia de su papel en el contexto latinoamericano y de su innegable figura irreductible.
Que fue mitómano y mesiánico como dicen sus enemigos, que se equivocó también en muchas cosas es cierto, pero de todas formas nada pudo derribarlo porque las columnas que lo sostenían nunca se debilitaron, aunque muy lentamente se vayan desgastando.

La muerte anunciada de Fidel fue lenta, pero irrevocable, y estuvo precedida curiosamente por el operativo “Bastión” que duró tres días, finalizando poco antes antes de que se diera a conocer oficialmente su deceso. Estas maniobras con importantes ejercicios militares dentro y fuera de La Habana daban la sensación, según los cubanos, de que el país estuviera a punto de ser atacado. Tal vez el gobierno de Raúl Castro quería advertir, sabiendo la proximidad del final de Fidel, que a pesar de que Caronte tenía la barca amarrada en el malecón de La Habana, la presencia de Fidel seguía allí, corporeizada en el uniforme verde oliva de los soldados en maniobras.

A diferencia de muchos líderes comunistas que se hacían construir estatuas y monumentos enormes, algunos gigantescos como los pasados presidentes de Corea del Norte, Fidel dejó en claro que no quería ninguna idolatría, ningún culto a la personalidad. La tuvo mientras vivió aunque no lo quisiera, y si lo quiso supo manejarlo muy bien. Y esto también lo engrandece a los ojos de las futuras generaciones cubanas y más allá de fronteras. Tampoco el odio desaparecerá, es parte de la condición humana y su tendencia revanchista.